Galicia llevaba años en nuestra lista de “pendientes muy serios”, y Ourense fue el lugar perfecto para estrenarnos. Era la primera vez que visitábamos esta tierra y salimos completamente enamorados: de su gastronomía —pulpo, empanadas, vinos, quesos y postres caseros— y de sus paisajes, cañones, termas, cascadas y pueblos de piedra.

En esta guía te contamos qué ver en Ourense en 6 días siguiendo exactamente nuestro itinerario: pasando por las Pozas de Melón hasta la Ribeira Sacra del Sil y del Miño, pasando por monasterios, bodegas como Vía Romana y un final inesperado en Ponferrada debido a los incendios. Si buscas una Galicia auténtica, menos masificada y donde cada día es un planazo, este puede ser tu próximo Plan (D) perfecto.

Qué ver en Ourense en 6 días.

Monasterio de San Estevo de Ribas de Sil, Ourense.

🗺️ Un poco sobre la historia de Ourense

Antes de lanzarnos a las termas y los cañones de la Ribeira Sacra, merece la pena entender un poco de dónde viene todo esto. Porque Ourense tiene historia, y precisamente muy chula. Mucho antes de los romanos, por aquí ya vivían pueblos celtas —los castrexos—, que levantaban sus aldeas fortificadas en lo alto de los montes. El más famoso es el Castro de San Cibrao de Las (el cual pudimos visitar), uno de los yacimientos más importantes de Galicia. Eran gente que creía que el agua y el fuego eran sagrados… y algo de razón debían de tener…

 

Más tarde llegaron los romanos y, claro, se enamoraron del lugar. Descubrieron las aguas termales del Miño y fundaron una ciudad que llamaron Aquis Aurienses, “las aguas doradas”.
Entre el oro del río y las fuentes calientes, aquello era prácticamente un spa de hace más de dos mil años. Durante la Edad Media, Ourense siguió creciendo entre monasterios, puentes de piedra y viñedos escarpados.

 

Monasterio de San Pedro de Rocas, Ourense.
Monasterio de San Pedro de Rocas, Ourense.

 

En la Ribeira Sacra, los monjes plantaron cepas en terrazas que perece imposibles, y todavía hoy se sigue elaborando vino allí. Así que sí, Ourense tiene siglos de historia bajo los pies.
Pero lo mejor es que esa historia sigue muy presente: puedes cruzar el Puente Romano, bañarte en las mismas termas que los legionarios o brindar con un vino que se cultiva igual que hace mil años. Y eso —créenos—, se nota.

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Duerme en un lugar mágico en Ourense

Si quieres disfrutar de uno de los alojamientos más especiales de la provincia, el Parador de Santo Estevo es perfecto. Historia, confort y vistas espectaculares que hacen de tu estancia algo inolvidable.

🤔 ¿Por qué visitar la Provincia de Ourense?

Puede que Ourense no sea lo primero que se te venga a la cabeza cuando piensas en viajar a Galicia… pero créenos: tiene mucho más plan (D)el que imaginas. 👉 Aquí te dejamos 5 motivos por los que visitar la provincia de Ourense en 6 días:

 

  • Porque es la Galicia del agua (y del fuego): Ourense vive entre termas, pozas naturales y ríos. Las Termas de Outariz, las Pozas de Melón o las del propio río Miño, que son de acceso gratuito, perfectas para desconectar. Lo curioso es que todo empezó hace más de 2.000 años, cuando los romanos ya venían aquí a bañarse.

 

  •  Gran historia: No hace falta ser fan de los museos para flipar con la catedral de Ourense, los puentes o los monasterios escondidos de la Ribeira Sacra. Puedes entrar gratis al Parador de San Estebo, conocer los claustros del Monasterio de San Pedro de Rocas o caminar por pueblos gallegos únicos.

 

  • Ourense tiene vino, mucho vino, y muy bueno: La Ribeira Sacra es una de las zonas vinícolas más espectaculares de España. Los viñedos crecen en pendientes flipantes y las bodegas, como la Vía Romana, ofrecen catas con vistas al río Miño. Si te gusta el vino, aquí vas a ser feliz. Y si aún no te gusta, igual cambias de idea.

 

  • Paisajes únicos: Miradores sobre cañones, cascadas escondidas, bosques y pueblos entre montañas. La provincia está llena de rutas que para disfrutar de su naturaleza y tranquilidad. La cascada de Augacaída, las pasarelas del río Mao o los Balcones de Madrid (sí, se llaman así) te regalan algunas de las mejores vistas de Galicia.

 

  • Se come increíble y sin dejarte un dineral: No hay viaje gallego sin llenar el estómago, y en Ourense la comida es parte del encanto. Empanadas, carnes, vinos, ribeiros, pulpo y postres caseros. Lo mejor son los precios, que siguen siendo de pueblo, pero con la calidad top. Celanova, Allariz y Ribadavia fueron tres paradas donde comimos de 10.

📷 Qué ver en Ourense en 6 días

👉 DÍA 1: Pozas de Melón – Ribadavia – O Carballiño

Arrancamos nuestro viaje por la provincia de Ourense con tres ingredientes clave: agua, calor y buena comida. El sol pegaba con ganas —ese calor seco tan típico del interior gallego—, así que empezamos el día buscando algo fresco. La elección no podía ser mejor: las Pozas de Melón.

 

Este rincón, formado por el río Cerves, es uno de los lugares más populares para bañarse en Ourense. Hay varias pozas naturales, unidas por pequeñas cascadas, y una ruta muy sencilla que lleva hasta la Fervenza do Tourón, un salto de agua espectacular, de los más altos de Galicia. Madrugar aquí es casi clave, ya que las pozas más bonitas se llenan rápido y a partir del mediodía el sol cae a plomo. Eso sí, el baño en el agua helada compensa cualquier esfuerzo (y cualquier madrugón).

 

Pozas de Melón.
Pozas de Melón.

 

Después seguimos hacia Ribadavia, un pueblo que nos encantó. Antiguamente fue capital del Reino de Galicia y todavía se ve su esencia medieval: callejuelas de piedra, muchos soportales (enamorados de ellos), plazas y una de las juderías mejor conservadas del norte de España. Comimos en su Plaza Mayor, en el Restaurante Ribeiro e Xamón. De 10 —sin duda, en nuestro top 3 de restaurantes del viaje— y después bajamos la comida dándonos un chapuzón en la playa fluvial del río Avia, una zona muy cuidada con césped, sombra y buen ambiente local. Perfecta para relajarse cuando el calor aprieta.

 

Álvaro y el Castillo de Ribadavia.
Álvaro y el Castillo de Ribadavia.

 

Por la tarde pusimos rumbo al Castro de San Cibrao de Las, uno de los castros celtas más grandes de Galicia, el más grande de Ourense. Su recorrido está muy bien señalizado y cuenta con un pequeño museo gratuito donde se explica cómo vivían los castrexos hace más de dos mil años. El personal fue encantador y no dudaron en ayudarnos y solventarnos todas nuestras dudas.

 

Castro de San Cibrao de Las.
Castro de San Cibrao de Las.

 

Terminamos el día en O Carballiño, conocido por su impresionante Iglesia de la Veracruz, una obra moderna que tiene una curiosa mezcla entre catedral y castillo. Con la luz del atardecer en la piedra, fue un cierre perfecto para este primer día recorriendo la Provincia de Ourense.

 

Iglesia de Vera Cruz, uno de los imprescindibles que ver en Ourense.
Iglesia de Vera Cruz, uno de los imprescindibles que ver en Ourense.

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Descubre la historia y el encanto de Ribadavia

Si te gusta conocer calles con historia, no puedes dejar pasar esta visita guiada por Ribadavia. Recorrerás su casco histórico, conocerás el legado judío y descubrirás por qué Ribadavia es uno de los pueblos más bonitos de Ourense.

👉 DÍA 2: Ourense ciudad – Termas – Monasterio de San Pedro de Rocas

Segundo día recorriendo la Provincia de Ourense, y decidimos dedicarlo a conocer Ourense capital, una ciudad que nos sorprendió totalmente. Nos apuntamos a un tour por el casco histórico y la catedral, y fue una decisión top: en poco más de dos horas entendimos por qué esta ciudad es conocida como la “ciudad de las burgas”, y cómo el agua marcó su historia desde tiempos romanos.

 

Plaza Mayor de Ourense
Plaza Mayor de Ourense.

 

Durante el recorrido paseamos por sus plazas, calles y edificios medievales, empezando por la Praza Maior, el corazón de la vida local, con su curioso suelo inclinado y el ayuntamiento neoclásico a uno de sus lados. Aquí nos enseñaron el porqué Ourense es una de las ciudades de la moda de España. Desde allí fuimos bajando hasta As Burgas, el punto más conocido de Ourense: unas fuentes termales naturales que llevan siglos brotando agua a más de 60 °C. Créenos que el agua quema…

 

As Burgas, Ourense.
As Burgas, Ourense.

 

Cuenta la leyenda que los romanos ya se bañaban aquí tras las batallas y que incluso creían que el agua tenía propiedades sagradas. De hecho, los restos de mosaicos y canalizaciones descubiertos en la zona confirman que Ourense nació alrededor de estos manantiales. Hoy sigue siendo igual de especial: puedes ver cómo el vapor sale de las piedras y una de ellas la tienen tapada, porque literalmente el agua hierve.

 

Pórtico del paraíso, catedral de Ourense.
Pórtico del paraíso, catedral de Ourense.

 

El tour terminó en la Catedral de San Martiño, una joya del siglo XII que esconde algunas de las obras más impresionantes del románico gallego. Por fuera parece sobria, pero al entrar flipamos de verdad: el Pórtico del Paraíso, inspirado en el de Santiago de Compostela, nos dejó sin palabras. Tiene una cantidad de colores y detalles que no nos los esperábamos para nada.

 

Capilla del Santísimo Cristo, Catedral de Ourense.
Capilla del Santísimo Cristo, Catedral de Ourense.

 

Más adentro, la Capilla del Santo Cristo, donde se guarda una talla articulada del siglo XIV que, según cuentan, crece milagrosamente con el tiempo. La capilla dorada, te deja deslumbrado, pero lo más importante es Santo Cristo. Una imagen hecha con piel de cerdo, pelo humano y que incluso está acolchado en su interior, lo que lo hace hiperrealista. Nos quedamos realmente impresionados.

 

Cuando salimos, el calor ya apretaba y el cuerpo pedía comida. Paramos en una taberna del centro y nos dimos un homenaje: lacón asado, tabla de quesos gallegos, empanada y pimientos. Todo delicioso, casero y con ese toque gallego súper rico. Comer bien en Ourense no es difícil; hacerlo por poco dinero, tampoco.

 

Tabla de quesos.
Tabla de quesos.

 

Con el estómago feliz, cruzamos el Puente Romano, el más antiguo de la ciudad, construido en el siglo I y reconstruido en la Edad Media. Desde allí se ve perfectamente el Puente del Milenio, una pasarela moderna con una pasarela de curvas imposibles que se ha convertido en el nuevo icono de Ourense. Subir hasta su parte más alta es un mini desafío (sobre todo con calor), pero las vistas del Miño y del skyline urbano valen la pena.

 

Álvaro y Aarón en el Puente Romano de Ourense.
Álvaro y Aarón en el Puente Romano de Ourense.

 

Por la tarde tocaba el plan estrella: las Termas de Outariz, a unos 4 km del centro. Las termas públicas sólo tenían dos piscinas abiertas, y nos parecieron un poco «cutrillos» así que optamos por ir a las privadas. Un ambiente zen total.

 

Terminamos el día en el Monasterio de San Pedro de Rocas, uno de los lugares más mágicos de Galicia. Está excavado en la roca, y se cree que fue fundado en el siglo VI por un grupo de ermitaños. Podrás visitar pequeñas capillas rupestres, las tumbas talladas en la piedra y su centro de interpretación. Si te animas (con cuidado), puedes subir al campanario, pero ojo: no tiene barandilla y el suelo resbala, así que mejor hacerlo con muchísimo cuidado.

 

Álvaro en el Monasterio de San Pedro de Rocas.
Álvaro en el Monasterio de San Pedro de Rocas.

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¿Haciendo la ruta por Ourense?

Moverse por la provincia es mucho más fácil con coche, especialmente para llegar a pozas, monasterios y miradores. Aquí puedes ver las mejores ofertas de alquiler para tu viaje.

👉 DÍA 3: Monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil - Vilanova dos Infantes - Celanova - Allariz - Verín

Empezamos temprano en el Monasterio de San Estebo de Ribas de Sil, y qué pasada. Está metido entre montes, con vistas al cañón del Sil que son una locura. Hoy funciona como Parador (y vaya sitio para dormir), pero su historia viene de siglos atrás, cuando unos ermitaños decidieron que este rincón era perfecto para desconectar del mundo. Luego llegaron los benedictinos y lo convirtieron en un lugar clave de la Ribeira Sacra.

 

Monasterio de San estevo de Ribas de Sil, Ourense.
Monasterio de San estevo de Ribas de Sil.

 

Los tres claustros nos encantaron, sobre todo el del Silencio. Y desde el mirador… ¡Vaya vistazas!. Ideal para visitarlo por la mañana, cuando menos gente hay y más tranquilo puedes recorrerlo. Después pusimos rumbo a Vilanova dos Infantes, un pueblo medieval pequeñito y muy auténtico. Su torre del siglo XV se ve desde todo el pueblo, y aunque subir las escaleras da un poco de vértigo, las vistas merecen la pena. Nos encantó pasear entre hórreos de piedra y casitas con balcones de madera. Y solos…

 

Hórreos de Vilanova dos Infantes, Ourense.
Hórreos de Vilanova dos Infantes, Ourense.

 

De ahí fuimos a Celanova, que fue una sorpresa total (capital gastronómica de nuestro viaje). Lo primero que ves es el Monasterio de San Salvador, enorme y precioso, mezcla de románico y barroco gallego. En serio, su plaza parece de una ciudad muy grande. Al lado está la Capilla de San Miguel, que dicen que es el edificio religioso más antiguo de Galicia, del siglo X. Por dentro es una joya, con piedra dorada y arcos mozárabes.

 

Monasterio de San Salvador, Celanova.
Monasterio de San Salvador, Celanova.

 

Pero si hay algo que nos robó el corazón en Celanova fue la comida. Nos sentamos en un restaurante del centro y pedimos de todo: pulpo, mejillones tigre, arroz con zamburiñas (del que Álvaro sigue soñando), lubina y un buen vino Ribeiro. Una comida que probablemente fuese la mejor de todo el viaje. Aunque la de Ribadavia… ¡No sabemos cual fue mejor!

 

Arroz con zamburiñas, Celanova.
Arroz con zamburiñas, Celanova.

 

Con el estómago lleno, seguimos hacia Allariz, que sinceramente, no necesita presentación. Es uno de los pueblos más bonitos de Galicia y se nota que fue muy importante históricamente. La forma ideal de conocer toda su historia y no perderse nada es con el free tour. Todo está cuidado al detalle: calles, flores por todas partes, casonas de piedra restauradas y mucha calma. Nos encantó el paseo junto al río Arnoia, con su puente medieval y la gente bañándose en el río.

 

Allariz, Ourense.
Allariz, qué ver en Ourense.

 

Y ya por la tarde llegamos a Verín, al sur de la provincia. Aquí el paisaje cambia, los valles se abren y se nota el calor. Tiene ese punto fronterizo, casi portugués, que mola mucho. Pero justo ese día empezó a caer ceniza del incendio que había en Galicia, y fue un momento raro. Los incendios empezaban a complicarse y la verdad empezamos a ser conscientes de lo que por desgracia se venía.

 

Piscina natural de Verín, Ourense.
Piscina natural de Verín, Ourense.

 

Aun así, acabamos en las piscinas naturales del río Támega, y aunque el agua estaba helada, con el calor que hacía fue lo mejor que pudimos hacer. Terminamos el día reventados, con olor a bosque y esa sensación de haber descubierto la Ourense más auténtica, la que no sale tanto en las guías, pero se te queda grabada mucho más.

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¿Quieres conocer Allariz a fondo?

Una forma genial de disfrutar este pueblo es hacer una visita guiada por Allariz. Te cuentan su historia, curiosidades y rincones que, de otra manera, pasan desapercibidos.

👉 DÍA 4: Castro Caldelas - Miradores Ribeira Sacra - Pasarelas del Río Mao - Monforte de Lemos - Paseo en Barco por el Río Sil

El cuarto día lo dedicamos de lleno a una de las zonas más especiales de Galicia: la Ribeira Sacra del Sil. Montañas, miradores y pueblos con sus castillos medievales… y sí, mucha carretera de curva.

 

Empezamos la mañana en Castro Caldelas, uno de los pueblos más bonitos y mejor conservados de la Ribeira Sacra. Su castillo del siglo XIV vigila todo el valle y, aunque el interior está parcialmente restaurado, la visita es casi imprescindible. Te recomendamos pasear por sus callejuelas empedradas, subir al campanario de la iglesia para ver las vistas del pueblo, observar sus casonas de piedra y disfrutar de uno de los pueblos más bonitos de España. Es un pueblo pequeño, pero perfecto para empezar el día con calma y buenas vistas del Sil.

 

Castro Caldelas, Ourense.
Castro Caldelas, Ourense.

 

Después fuimos parando en varios miradores de la Ribeira Sacra, cada cual más impresionante. A media mañana nos acercamos a las Pasarelas del Río Mao, una de las rutas más impresionantes de toda la Ribeira. La ruta completa es larga, pero como teníamos la agenda muy apretada hicimos la versión corta, que recorre solo el tramo de pasarelas de madera suspendidas sobre el cañón. Aparcamos directamente en la Central Hidroeléctrica de la Fábrica da Luz, punto perfecto para hacer solo la parte más famosa del recorrido. La pasarela es segura, muy visual y tiene unas vistas brutales del cañón del Mao mezclándose con el Sil. Naturaleza 100% Galicia: bosque, río, madera y silencio.

 

Pasarelas del Río Mao, Ourense.
Pasarelas del Río Mao, Ourense.

 

Con el calor subiendo y el día avanzando, seguimos hacia Monforte de Lemos, ya en la provincia de Lugo. Es la capital histórica del sur lucense, pero la verdad es que no nos enamoró tanto como el resto de paradas. Subimos al Parador de Monforte, ubicado en lo alto del monte, donde está lo que queda del antiguo castillo. Las vistas sí merecen la subida: toda la ciudad a los pies y el valle extendiéndose en todas direcciones. Tomamos café en el parador y continuamos la ruta.

 

Parador de Monforte de Lemos, Lugo.
Parador de Monforte de Lemos, Lugo.

 

La tarde nos esperaba con uno de los planes más esperados de nuestro viaje: el paseo en barco por el río Sil. Y qué acierto. Cogimos el barco en uno de los embarcaderos del cañón y navegamos entre las paredes de piedra gigantescas, en las que te invitan a descubrir formas, mientras caía el sol. Nuestra guía nos fue explicando todo sobre el cultivo heroico de la Ribeira Sacra, cómo vendimian en laderas con pendientes de vértigo, cómo suben la uva a mano por las escaleras tradicionales y cómo se formó este paisaje tan único. Fue un paseo precioso.

 

Paseos en barco por el Río Sil.
Paseos en barco por el Río Sil.

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¿Buscas alojamiento en Monforte?

El Parador de Monforte de Lemos es una de las mejores opciones para descansar tras recorrer la Ribeira Sacra.

👉 DÍA 5: Cascada de Augacaída - Miradores Ribeira Sacra - Ermita de Fátima - Bodega Vía Romana

El quinto día lo dedicamos a las zonas más salvajes de la Ribeira Sacra del Miño. Empezamos pronto en la cascada de Augacaída, la ruta es cortita, pero ojo: la bajada engaña y la vuelta se hace notar. El camino es estrecho, con bastante desnivel y zonas resbaladizas, pero te deja unas vistas que son una maravilla. Cuando llegas al final, la cascada aparece ante ti cayendo con una fuerza brutal por una pared vertical, creando una poza enorme donde incluso vimos gente bañándose (valientes, porque el agua estaba helada). El único “pero” que le pondríamos a esta ruta: el aparcamiento es mínimo, así que mejor ir temprano.

 

Álvaro en la Cascada de Augacaída.
Álvaro en la Cascada de Augacaída.

 

Después de remontar la subida, seguimos nuestra ruta por varios miradores de la Ribeira Sacra. Muchos nos regalaron las mejores vistas del viaje, el Miño con terrazas de viñedos, o grandes paredes de piedra que acaban en el agua. Otros… estaban tan cubiertos por la maleza que no se veía absolutamente nada, muy muy mal mantenimiento… Cosas del viaje: unos miradores te dejan flipando; otros te hacen reír porque llevas un rato conduciendo para solo ver ramas.

 

Mirador de la Ribeira Sacra, Lugo.
Mirador de la Ribeira Sacra, Lugo.

 

Nuestra siguiente parada fue la Ermita de Fátima, una pequeña iglesia abandonada. Tiene ese toque misterioso, silencioso, casi “creepy”, que te invita a entrar aunque dé un poco de respeto. La vegetación está empezando a comerse las paredes, y el interior conserva esa mezcla de soledad, belleza y un deterioro muy marcado. La historia dice que fue construida en el siglo XX como santuario rural, pero quedó en desuso y tras la muerte de su promotor, nadie ha retomado su construcción.

 

Interior Ermita de Fátima de Fátima, Chantada.
Interior Ermita de Fátima de Fátima, Chantada.

 

De ahí nos dirigimos a uno de los momentazos del día: la visita a la Bodega Vía Romana, una de las más reconocidas en la Ribeira Sacra. Este lugar tiene historia, encanto y unas vistas al valle que son puro espectáculo, sobre todo desde su terracita. Además, aquí se inspiró Dolores Redondo para escribir Todo esto te daré, uno de los libros que mejor retrata la esencia de estas tierras. Durante la visita nos explicaron cómo funciona el cultivo heroico, cómo se trabaja la uva en pendientes casi verticales, y lo complicado —pero bonito— que es vendimiar en terrazas que parecen colgadas del cielo. También nos invitaron a ir a vendimiar, pero creemos que no es lo nuestro… jejejeje.

 

Interior bodega.
Interior bodega.

 

Terminamos con una cata deliciosa en el balcón frente al Miño, disfrutando de los Mencía locales. Nos encantó la forma en que nos explicaron todo, y lo que más las pedazo de vistas que se tienen desde aquí.

Terraza de la Bodega Vía Romana.
Terraza de la Bodega Vía Romana.

 

Para cerrar el día, bajamos hasta la Playa da Cova, una de las zonas más tranquilas y bonitas para bañarse en el Miño. Con el calorazo del interior gallego, meterse en el agua fresca fue como un reinicio total. Un final sencillo pero perfecto: sol cayendo, río calmado y ese fresquito que te deja nuevo después de un día intenso. Así acabó el quinto día, uno de los mejores de nuestra ruta por Ourense en 6 días.

 

Playa da Cova, Ribeira Sacra.
Playa da Cova, Ribeira Sacra.

🍷

¿Quieres vivir una cata auténtica en la Ribeira Sacra?

Una de las experiencias más especiales de este viaje es descubrir los vinos de la Ribeira Sacra. En la Bodega Vía Romana podrás recorrer sus instalaciones, conocer el proceso de elaboración y disfrutar de una cata con vistas a los viñedos en bancales. Visita y cata en Bodega Vía Romana.

👉 DÍA 6: Ponferrada – Playa fluvial de Toral de los Vados – Evacuación del viaje

Nuestro sexto, y último día en Ourense empezó de una manera muy diferente a lo que habíamos planeado (muy muy diferente). Los incendios que llevaban días activos en la provincia empezaron a avanzar a lo grande, cortando carreteras, llenando totalmente el cielo de humo y dejando la zona prácticamente incomunicada. Así que, por seguridad, decidimos salir de Ourense y poner rumbo a Ponferrada, en la vecina comarca del Bierzo, para aprovechar el día mientras esperábamos a ver cómo evolucionaba la situación.

 

Basílica de la Virgen de la Encina, Ponferrada.
Ponferrada, El Bierzo.

 

Ponferrada tiene un aire templario que nunca decepciona, por eso fue nuestro comodín clave. Comenzamos el día con el Castillo de los Templarios, que se alza sobre la ciudad. Es un castillo icónico en España y la verdad que la visita está genial. Puedes recorrer libremente sus torres, murallas y pasadizos, u optar por la visita guiada o teatralizada. Recorriendo sus salas recuerdas por qué fue uno de los puntos clave del Camino de Santiago y del control del Reino de León.

 

Aarón en el Castillo de Ponferrada.
Aarón en el Castillo de Ponferrada.

 

Después paseamos por el Casco Antiguo, con sus callecitas entre casas nobles, la Basílica de la Encina, la plaza donde siempre hay ambiente y el puente sobre el Sil. Es una ciudad cómoda, con mezcla de historia templaria y ese toque berciano. Comimos en una bodega del centro, hablando más de fuego y decidiendo qué plan deberíamos hacer. Nos habría encantado poder hacer el Free Tour por Ponferrada, pero con tan poca antelación ya estaba completo…

 

Iglesia de San Andrés, Ponferrada.
Iglesia de San Andrés, Ponferrada.

 

Por la tarde nos acercamos a la playa fluvial de Toral de los Vados, una zona muy cuidada junto al río, con césped, sombra y un ambiente muy tranquilo. Fue un pequeño descanso entre tanta tensión: meter los pies en el agua fría, respirar un poco y desconectar unos minutos de todo lo que estaba ocurriendo alrededor. Y claro en verano a casi 40 grados el agua fresquita es gloria bendita…

 

Playa fluvial Toral de los Vados.
Playa fluvial Toral de los Vados.

 

Volvimos a última hora hacia nuestro apartamento en Ourense para recoger cosas y ver si podíamos continuar el viaje… pero al llegar, la realidad nos golpeó de frente: alerta de evacuación. En los móviles saltó el aviso de que, si era posible, abandonáramos la zona. Los vecinos estaban ya fuera, organizando mangueras, hablando de por dónde podía bajar el fuego esa noche. Mucha calma aparente, pero preocupación en los ojos de todos.

 

Incendios de Ourense.
Incendio acercándose a la aldea.

 

En ese momento lo tuvimos claro: tocaba terminar el viaje antes de tiempo. Por no entorpecer a los servicios de emergencias, y por pura responsabilidad. Recogimos todo rápido, nos despedimos de los vecinos —que nos contaban cómo llevaban días pendientes del avance del fuego— y salimos de la zona mientras el cielo se teñía de naranja a lo lejos.

 

No fue el final que esperábamos para nuestro viaje por Ourense, pero sí uno que nos recordó que la naturaleza manda… y que, a veces, lo más sensato es saber cuándo retroceder. Aun así, incluso con este cierre inesperado, la provincia nos dejó momentos increíbles, paisajes únicos y un viaje que recordaremos siempre. ¡Ourense nos volveremos a ver muy pronto!

🛏️ Dónde dormir en Ourense

Después de mirar mil opciones, aprendimos por las malas que reservar alojamiento en Ourense con tiempo es clave. A una semana del viaje, el alojamiento que teníamos reservado nos intentó cobrar 500 € más “por error de la plataforma” (sí, has leído bien 😅). Por suerte, Booking nos salvó la jugada y pudimos encontrar una alternativa en Forcadela de Nogaledo, una aldea pequeñita y tranquila. Se llama Casa Da Penisquela, por si le quieres echar un ojo.

 

Alojamiento Ourense
Alojamiento Ourense.

 

La casa era preciosa, de piedra, con ese encanto rural que esperas del interior gallego. Pero también tenía sus “plot twists”: estaba bastante lejos de muchos destinos del itinerario y no tenía ni aire acondicionado ni apenas ventanas, así que las noches fueron… intensas 😅. Aun así, el dueño fue encantador, los vecinos majísimos, y el lugar tenía esa calma que esperas encontrar en Galicia.

 

Si pudiéramos repetir el viaje, lo haríamos con dos bases:

 

 

Y si te quieres dar un capricho, el Parador de Santo Estevo es una auténtica joya: historia, vistas y un spa que te deja nuevo después de tanta curva gallega.

⭐ Recomendaciones para visitar Ourense

  • 🗓️ Mejor época para viajar: primavera u otoño. Las temperaturas son suaves, los paisajes están en su punto y no hay tanta gente. En verano puede hacer calor (y del bueno), pero si te organizas bien, se disfruta igual.

 

  • 🚗 Coche propio o de alquiler: imprescindible. El transporte público entre grandes ciudades funciona, pero si quieres moverte por pueblos, miradores o rutas de la Ribeira Sacra, necesitarás coche sí o sí.

 

  • 👟 Calzado cómodo y bañador: te harán falta los dos. Entre termas, pozas y ríos, acabarás cayendo en más de un chapuzón… y no te arrepentirás.

 

  • 🔥 Incendios: si viajas en verano, revisa alertas y evita zonas afectadas. Ojalá no vuelva a repetirse, porque ver los montes ardiendo fue durísimo.

 

  • 🍽️ Comer bien: Allariz, Ribadavia y Celanova son apuestas seguras para disfrutar de la gastronomía gallega. Pero sinceramente… si encuentras un sitio donde se coma mal en Galicia, ¡avísanos, que eso sería noticia! 😅

👍 Lo que más y menos nos ha gustado de Ourense

💛 Lo que más

 

  • La autenticidad de la gente. En pocos lugares nos hemos sentido tan bien recibidos. Los ourensanos son amables, curiosos y siempre dispuestos a enseñarte su tierra, su gastronomía y sus costumbres.

 

  • Las termas y el vino. Es imposible no disfrutar de un baño caliente junto al río o de una copa de ribeiro viendo el atardecer. Planazos que definen Ourense.

 

  • Los paisajes. La Ribeira Sacra, los cañones del Sil, los pueblos colocados entre las montañas…

 

  • Lo poco masificado. Incluso en pleno agosto, hay calma. Nada de colas ni agobios, turismo de calidad, naturaleza y rutas relajadas.

 

Vilanova dos Infantes, Ourense.
Vilanova dos Infantes, Ourense.

 

 

💔 Lo que menos

 

  • El calor seco. En agosto pasamos días duros, y sin aire acondicionado… peor todavía 😅.

 

  • Las carreteras lentas y serpenteantes. Hermosas, sí, pero agotadoras cuando encadenas varios trayectos largos.

 

  • Los incendios. Lo más triste del viaje. Ver montes que un día eran verdes y al siguiente estaban quemados fue un golpe. Da mucha rabia ver cómo se destruye una de las zonas más bonitas de España.

 

Aun así, lo decimos sin dudarlo: volveremos. Ourense tiene algo que engancha, una mezcla de destino poco conocido y belleza que te deja con ganas de más.

Si te ha gustado esta ruta de qué ver en Ourense en 6 días, te dejamos por aquí más aventuras para seguir explorando a tu ritmo: nuestro post de Ribadavia, uno de los pueblos con más historia y sabor de Galicia; la guía completa de Ourense capital, para descubrir sus calles, termas y la Catedral de San Martiño; nuestra visita a Ponferrada, perfecta para combinar con una escapada al Bierzo; y, si te animas a cruzar la frontera, nuestra experiencia en Tras-os-Montes, recorriendo Podence y Braganza, dos lugares que nos sorprendieron muchísimo por su cultura, su naturaleza y su ambiente rural. Ojalá estos artículos te ayuden a inspirar tu próximo Plan (D) y a seguir descubriendo rincones únicos como este.

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