Braganza (Bragança) es una joya del norte de Portugal con alma medieval y corazón transmontano. Su casco antiguo, dentro de una ciudadela amurallada, conserva uno de los castillos mejor conservados del país, calles de piedra, una Domus romana única en Portugal y hasta un museo dedicado a las máscaras tradicionales. Pero Braganza también es plazas tranquilas, arte urbano, gastronomía local y guiños constantes a la castaña, el producto estrella de la región. En este artículo te contamos qué ver en Braganza en 1 día, porque si hay un Plan D para descubrir el norte de Portugal… está aquí.

Ciudadela de Braganza.
- 1. 📖 Un poco sobre Braganza
- 2. 🚗 Cómo llegar y dónde aparcar en Braganza
- 3. 📷 Qué ver en Braganza en 1 día
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- 3.1. 📍 Ciudadela y murallas medievales
- 3.2. 📍 Castillo de Braganza + Museo Militar
- 3.3. 📍 Domus Municipalis
- 3.4. 📍 Iglesia de Santa María
- 3.5. 📍 Museo de la Castaña
- 3.6. 📍 Antigua catedral (Iglesia de San Juan Bautista) — Plaza de la Sé
- 3.7. 📍 Catedral Nueva de Braganza
- 3.8. 📍 Iglesia de San Vicente
- 3.9. 📍 Picota (Pelourinho) y “Porca da Vila”
- 3.10. 📍 Museo Ibérico de la Máscara y el Traje
- 3.11. 📍 Museo del Abad de Baçal (antiguo Palacio Episcopal)
- 3.12. 📍 Centro de Arte Contemporáneo Graça Morais
- 3.13. 📍 Museo del Ferrocarril (antigua estación)
- 3.14. 📍 Monasterio de Castro de Avelãs
- 4. 💡 Recomendaciones para visitar Braganza
- 5. 🛏️ Dónde alojarse en Braganza
- 6. 🍽️ Dónde comer en Braganza y qué platos típicos probar
- 7. 👀 Qué ver cerca de Braganza
📖 Un poco sobre Braganza
Braganza es la capital histórica de Trás-os-Montes, región del noreste de Portugal, muy cerca de la frontera con Zamora. La ciudad se encuentra rodeada de montañas, bosques y pequeñas aldeas portuguesas. En sus relajadas calles se respira la historia. Una historia que en la que desde época romana se conocían asentamientos. Pero Braganza cobró importancia en la Edad Media, cuando se convirtió en plaza defensiva del joven Reino de Portugal. ¿Un dato curioso? La Casa de Braganza, una de las familias nobiliarias más poderosas del país, dio nombre a la ciudad y acabó gobernando Portugal (y Brasil) durante más de 250 años.
El casco antiguo está dentro de un recinto amurallado espectacular, que se conserva casi intacto. Dentro encontrarás un castillo, callejuelas empedradas, casas blancas tradicionales y joyas como la Domus Municipalis, un edificio civil románico único en Europa, o la Porca da Vila, una escultura prerromana con forma de cerdo que ha dado pie a todo tipo de teorías (desde ritos de fertilidad hasta tótems paganos).
Pero Braganza no es solo pasado. Es plazas tranquilas, museos y una gastronomía de esas que nos gustan de verdad. Y si vienes en invierno, te toparás con una tradición ancestral: los Caretos, unos personajes enmascarados que llenan las calles de ruido, color y misterio. Una fiesta con raíces paganas que también se celebra en Podence, un pueblo cercano que merece su propio capítulo y que si leíste nuestro artículo anterior ya conocerás.
🚗 Cómo llegar y dónde aparcar en Braganza
La forma más cómoda de llegar es por carretera. Estas son las principales rutas, con tiempos orientativos:
🚗 Desde Oporto: 2 h 30 min por la A4 (autopista directa y en buen estado).
🚗 Desde Lisboa: 5 h 30 min por la A1 y A4.
🚗 Desde Zamora (España): 1 h 45 min, cruzando la frontera por Miranda do Douro (ideal para hacer una parada).
🚗 Desde el AVE en Otero de Sanabria: solo 35–40 min en coche.
🚗 Desde Podence: 40 min por la N102 (perfecto si haces ruta con los Caretos).
Tener coche te permite conocer otros rincones de la región como Miranda do Douro, Podence, Rio de Onor o el Parque Natural de Montesinho, que sin transporte propio son difíciles de alcanzar.
🚌 ¿Y si no tengo coche? Aunque la opción ideal es ir en coche, Braganza también está conectada por autobús con varias ciudades de Portugal:
- Desde Oporto y Lisboa hay rutas directas con compañías como Rede Expressos y FlixBus, con trayectos de entre 3 y 6 horas, según el origen.
- Desde España, puedes combinar tren a Otero de Sanabria y luego taxi o coche de alquiler.
- La estación de autobuses de Braganza está muy cerca del centro, así que llegar y moverse es sencillo incluso sin vehículo propio.
🛤️ No hay tren a Braganza, la antigua línea fue clausurada en los 90. Así que el coche o el bus son tus únicos aliados por ahora.

🅿️ Dónde aparcar en Braganza
Si llegas en coche, esto te interesa: aparcar en Braganza es fácil y gratuito si sabes dónde buscar. Lo mejor es dejar el coche en la parte baja de la ciudad, donde hay más plazas, buen acceso al centro histórico y menos cuestas. Algunas zonas recomendadas son:
- 🅿️ Parque del Eixo Atlántico (amplio y gratuito)
- 🅿️ Cerca del Teatro Municipal o del Museo Ibérico de la Máscara
Si prefieres acercarte más a la Ciudadela (zona alta), hay algunos aparcamientos más pequeños junto a las murallas, pero suelen llenarse rápido y tienen acceso más complicado.
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📷 Qué ver en Braganza en 1 día
Si vas a visitar Braganza por primera vez, estos son los lugares que deberías tener sí o sí en tu lista:
📍 Ciudadela y murallas medievales
La Ciudadela de Braganza es, sin duda, la gran postal de la ciudad. Intramuros te esperan casas encaladas, callejuelas y un ambiente muy relajado. Pasear por este recinto fortificado es recorrer la cuna de Trás-os-Montes.

Las murallas medievales, que rodean toda la Ciudadela, son de acceso gratuito y las podrás recorrer por gran parte de su trazado. Desde arriba, las vistas son espectaculares: por un lado el casco moderno de Braganza, y por otro las montañas del Parque Natural de Montesinho. Al atardecer, el paisaje se tiñe de tonos dorados y es uno de los mejores lugares para sacar la foto postu de tu escapada.

Este recinto fortificado, de origen medieval, fue clave en la defensa de la frontera con Castilla y todavía conserva la esencia de aquellos tiempos. A nosotros nos encantó terminar aquí la visita, con un paseo relajado por las murallas, una panorámica épica y esa sensación de calma antes de seguir con nuestro viaje hacia Ourense.
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¿Tienes tiempo para una escapada desde Braganza? Entonces apunta este tour panorámico por Guimarães, una ciudad medieval. Castillos, callejuelas de piedra y mucha historia te esperan en la que muchos consideran el lugar donde nació Portugal.
📍 Castillo de Braganza + Museo Militar
Levantado en el siglo XII por orden del rey Sancho I, se alza sobre la colina como un guardián de piedra que vigila la ciudad desde hace más de 800 años. Da igual desde dónde mires: la silueta del Castillo de Braganza siempre domina el paisaje. Entre las murallas y pasadizos podrás descubrirás el Museo Militar, con salas llenas de armas, uniformes y objetos que cuentan la historia de Portugal como ciudad fronteriza. Aunque no seas muy de museos bélicos, es imposible no pararse en cada vitrina para imaginar cómo sería la vida aquí siglos atrás.

La estrella del conjunto es la Torre del Homenaje. Sus más de 30 metros de altura esconden el mejor mirador de Braganza: un 360º que abarca la ciudad entera y las montañas de Trás-os-Montes. Subir sus escalones cansa un poco, pero la recompensa es de esas que se quedan grabadas en la memoria (y en la cámara).
Y como todo buen castillo, este también tiene su punto de leyenda. La Torre de la Princesa cuenta la historia de una joven encerrada por traición. ¿Realidad o mito? Nunca lo sabremos, pero pasear por ella con esa historia en mente le da un aire romántico y misterioso que pone la guinda a la visita.
📍 Domus Municipalis
La Domus Municipalis de Braganza te sorprenderá por lo raro y único que es. Se trata de un edificio medieval en piedra, de planta poligonal, que se encuentra justo frente a la iglesia de Santa María dentro de la Ciudadela. A primera vista puede parecer sobrio, casi austero, pero en cuanto te acercas entiendes por qué es tan especial.
Se construyó en el siglo XII o XIII y está considerada como el único edificio civil románico de planta pentagonal en toda la Península Ibérica. Vamos, que no verás otro igual en Portugal ni en España. Su función original no está del todo clara: algunos dicen que fue una cisterna de agua y, más tarde, un lugar de reunión del concejo municipal. Lo cierto es que su doble utilidad como depósito y sala cívica lo convierte en una rareza arquitectónica que refuerza la singularidad de Braganza.
No necesitas mucho tiempo para visitarla, pero merece la pena entrar, recorrer su interior de piedra y fijarse en los detalles de sus arcos y ventanas.
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Si hay un producto que representa el alma de esta región es la castaña. Conoce todos sus secretos con esta visita guiada a la Oficina da Castanha. Descubre su historia, su papel en la economía local y, por supuesto, ¡prepárate para una deliciosa degustación!
📍 Iglesia de Santa María
En pleno corazón de la Ciudadela se alza la Iglesia de Santa María, el templo principal de este recinto amurallado. Su fachada blanca contrasta con la piedra de las murallas y del castillo, regalando una de las fotos más bonitas de Braganza medieval.
El interior es sencillo, sereno y con un aire acogedor. Nada de excesos barrocos ni decoraciones recargadas: aquí lo que predomina es la calma y la sobriedad. Quizá por eso, junto con el silencio de las callejuelas intramuros, la visita transmite tanta paz.

Lo mejor es que se encuentra a escasos pasos de la Domus Municipalis y del Castillo de Braganza, formando un trío perfecto de historia, arquitectura y espiritualidad en apenas unos metros. Una paradita rápida en el camino que completa de maravilla tu recorrido por la Ciudadela.
📍 Museo de la Castaña
Si Braganza tiene un producto estrella, esa es la castaña. Tanto es así que aquí han creado todo un espacio dedicado a ella: el Museo de la Castaña (Centro de Interpretação da Castanha). Un lugar donde se descubre la importancia de este fruto en la cultura y gastronomía trasmontana… y donde también puedes darte un homenaje.
Nosotros lo bautizamos como el “templo de la castaña en Braganza”, porque aquí probamos de todo: desde la cerveza de castaña, suave y diferente, hasta un pastel de castaña que nos recordó mucho a los pastéis de nata de Lisboa, pero con ese sabor inconfundible y otoñal que solo la castaña puede dar.
La visita es rápida, entretenida y muy original. Sales con la sensación de haber descubierto un trozo de la identidad local… y con ganas de llevarte un par de dulces de recuerdo.

📍 Antigua catedral (Iglesia de San Juan Bautista) — Plaza de la Sé
En la Praça da Sé se levanta la que fue durante siglos la catedral de Braganza: la Iglesia de San Juan Bautista. Puede que no sea tan imponente como otros templos, pero tiene algo que nos enamoró desde el principio.

Cuando pasamos por aquí, el claustro románico estaba cerrado (una espinita que nos quedó clavada), aunque dicen que es una joya. Aun así, merece mucho la pena entrar al templo, ver el claustro a través de la ventana y pasear por la plaza.

Lo admitimos: nosotros somos más de team catedral vieja. Nos gustan esos lugares con encanto sencillo y autenticidad, lejos de la ostentación de otras catedrales. Además, la Praça da Sé funciona genial como punto de enlace: desde aquí puedes bajar hacia el centro de Braganza y seguir explorando la parte más moderna de la ciudad, antes de subir a la Ciudadela.
📍 Catedral Nueva de Braganza

No la abucheéis, que también tiene su encanto 😅. La Catedral Nueva de Braganza, inaugurada en 2001, es la actual sede del obispado y un ejemplo de cómo la ciudad sigue escribiendo su historia más allá del medievo.
Su arquitectura moderna choca un poco cuando vienes de callejuelas medievales y templos románicos, pero precisamente ahí está la gracia: Braganza se entiende por capas. Del románico de la Domus Municipalis, pasando por la sobriedad medieval de la Ciudadela, hasta llegar a este edificio contemporáneo que representa el presente de la ciudad.
¿Merece entrar? Sí, aunque sea para un vistazo rápido. El interior es amplio y luminoso, pero si tu tiempo es limitado, basta con una visita corta para contrastar estilos y seguir explorando otros rincones con más historia.
📍 Iglesia de San Vicente
Dicen que en la Iglesia de San Vicente de Braganza ocurrió una de las historias de amor más intensas de Portugal. Aquí, según la tradición, se casaron en secreto Pedro I de Portugal e Inés de Castro, la joven gallega que acabaría marcando para siempre la vida del monarca. Su relación fue tan apasionada como trágica: prohibida por razones políticas, terminó en tragedia… pero también en mito.
¿Y qué tiene que ver con tu visita? Pues que este templo no es solo una iglesia más, sino un lugar que te permite meter un poco de novela romántica (y dramática) en tu paseo por Braganza. A todos nos gusta el dramatismo… Te imaginas a Pedro e Inés en pleno secreto medieval y, de repente, el recorrido gana emoción.
La iglesia en sí es sencilla, sin grandes artificios, pero merece la parada. Para nosotros es el típico sitio que no sorprende por la arquitectura, sino por la historia que arrastra y lo que evoca.

📍 Picota (Pelourinho) y “Porca da Vila”
En la Ciudadela de Braganza también hay espacio para las pequeñas sorpresas. Una de ellas es la Picota o Pelourinho, una columna de piedra que recuerda los tiempos en que aquí se impartía justicia. Justo al lado encontrarás a la peculiar “Porca da Vila”, una escultura zoomorfa de granito que representa a un jabalí (aunque su nombre pueda despistar). Se cree que es de origen prerromano y que estaba vinculada a antiguos cultos de fertilidad. Con el tiempo se ha convertido en todo un símbolo de Braganza, cargado de identidad local.
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¿Te apetece una ruta de sabores auténticos? Desde bacalao hasta pastelitos, en este tour gastronómico por Oporto vas a conocer Portugal a través del paladar. Tapas, vinos y curiosidades que te abrirán el apetito… y los ojos.
📍 Museo Ibérico de la Máscara y el Traje
El Museo Ibérico de la Máscara y el Traje de Braganza es pequeño, pero guarda un mensaje enorme: preservar y difundir el mundo de las máscaras tradicionales de la Península Ibérica. Aquí descubrirás la historia y los colores de celebraciones invernales como los Caretos de Podence, esas figuras enmascaradas que cada Carnaval llenan de ruido, saltos y tradición el norte de Portugal.
La visita es rápida y muy disfrutable si te interesa la etnografía y las fiestas populares. A través de trajes, fotografías y explicaciones, el museo conecta con esas costumbres ancestrales que todavía hoy se celebran en muchos pueblos trasmontanos y de Castilla y León.
Confesamos que nosotros somos team Podence (nada como vivir la tradición en directo), pero si no tienes tiempo de acercarte al pueblo, este museo es una muy buena forma de conocer su esencia y entender por qué la UNESCO declaró a los Caretos Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

📍 Museo del Abad de Baçal (antiguo Palacio Episcopal)
Si buscas un plan cultural en Braganza que no sean sólo el castillo y las murallas, apunta el Museo del Abad de Baçal. Se encuentra en el antiguo Palacio Episcopal y es uno de los museos más completos del norte de Portugal, ideal para entender la historia y el patrimonio de Trás-os-Montes.
Entre sus salas descubrirás de todo un poco: piezas arqueológicas de los primeros asentamientos, arte sacro con retablos y esculturas, colecciones de pintura y azulejos portugueses y documentos sobre la identidad cultural trasmontana. También encontrarás referencias al propio Abad de Baçal, figura clave que dedicó su vida a estudiar y preservar la memoria de la zona.
📍 Centro de Arte Contemporáneo Graça Morais
Después de tanto castillo y piedra medieval, toca cambiar de chip. El Centro de Arte Contemporáneo Graça Morais es ese lugar que rompe la rutina y te recuerda que Braganza no vive sólo de pasado. El edificio, diseñado por el arquitecto Eduardo Souto de Moura (sí, un Premio Pritzker), es una joya en sí mismo: moderno, elegante y perfectamente integrado en pleno casco histórico.
Dentro te espera la obra de Graça Morais, artista trasmontana con una fuerza brutal en cada trazo. Sus pinturas están cargadas de identidad, de esa conexión con la tierra y la cultura de Trás-os-Montes que tanto nos gusta descubrir en los viajes. Y lo mejor es que el centro también acoge exposiciones temporales, así que nunca hay dos visitas iguales.
Nos pareció un contrapunto perfecto a la Braganza medieval: después de murallas, iglesias y plazas históricas, entrar aquí es como abrir una ventana al presente. Aunque no seas muy de arte contemporáneo, merece la pena darse una vuelta: es accesible, sorprendente y aporta un aire fresco a la ruta.
📍 Museo del Ferrocarril (antigua estación)
Puede que Braganza hoy te parezca un lugar apartado, pero durante buena parte del siglo XX estuvo conectada al resto del país gracias al tren. En la antigua estación se encuentra el Museo del Ferrocarril de Braganza, un museo que destaca por sus locomotoras y recuerdos de la época en la que los raíles eran el gran vínculo con Trás-os-Montes.
El museo es pequeño, con un aire nostálgico que engancha: fotografías en blanco y negro, billetes antiguos y material ferroviario. Para los amantes del patrimonio industrial y de la historia del transporte, es una parada obligatoria. ¿Que no eres muy de trenes? Entonces al menos acércate al edificio: la estación se conserva con su encanto original.
📍 Monasterio de Castro de Avelãs
Vale, es un poco trampa porque no está dentro del casco histórico, pero el Monasterio de Castro de Avelãs merece totalmente la escapada. En apenas unos minutos en coche desde Braganza te plantas ante uno de los monumentos románicos más singulares de la región.
Lo que lo hace especial es su ábside en ladrillo, de estilo mudéjar, algo bastante raro de ver en el norte de Portugal, donde lo habitual es la piedra. El contraste es tan llamativo que se ha convertido en la imagen más icónica del monasterio y en uno de los ejemplos más curiosos del románico trasmontano.
Aunque hoy solo se conserva parte del conjunto, pasear por sus restos te conecta con la historia medieval y con la importancia que tuvo este lugar como centro religioso y cultural. No necesitas más de media hora para visitarlo, pero si haces noche en Braganza, es una excursión corta y redonda que completa la experiencia.
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Adéntrate en una de las regiones más auténticas de Portugal. Con este tour por Trás-os-Montes recorrerás pueblos, paisajes de montaña y tradiciones únicas. Una experiencia que combina historia, naturaleza y cultura para que vivas Portugal como nunca antes.
💡 Recomendaciones para visitar Braganza
Para que puedas vivir Braganza al máximo, hay algunos consejos que te vendrán genial:
- Empieza abajo y termina arriba. El corazón de la ciudad está en las plazas del centro, llenas de ambiente y pequeños restaurantes. Nosotros nos apuntamos a un free tour para conocer Braganza un poquito mejor y entender su historia. Después subimos a la Ciudadela y el castillo de Braganza, acabando el día en uno de los lugares más bonitos de la ciudad.
- Ritmo y tiempo. Con medio día podrás recorrer lo esencial: las plazas, el castillo y la Ciudadela. Pero si te quedas un día completo, te dará margen para entrar en museos como la Domus Municipalis o el Museo Ibérico de la Máscara y el Traje, y rematar con un paseo al atardecer por los miradores de la ciudad.
- Eventos y fiestas. En verano, Braganza se llena de vida. Nosotros coincidimos con la Vuelta a Portugal y con preparativos de unas fiestas medievales que transformaban las calles. Consejo: revisa siempre el calendario, porque puedes toparte con ferias, mercados temáticos o celebraciones que harán tu visita aún más especial.
- Calzado cómodo y agua. Parece obvio, pero Braganza es de cuestas y empedrados. Añade el calor del verano y ya tienes la combinación perfecta para agradecer unas buenas zapatillas y una botella de agua.
- Combínalo con Podence. Si tienes coche, aprovecha para visitar también Podence, famoso por sus Caretos. Está a menos de una hora y es el complemento perfecto: Braganza te da la dosis de historia y patrimonio, y Podence te regala tradición y color para tu viaje.
🛏️ Dónde alojarse en Braganza
Braganza es una ciudad pequeña, pero la elección de la zona donde dormir puede cambiar mucho tu experiencia. Aquí van nuestras recomendaciones:
- Intramuros / junto a la Ciudadela. Si lo tuyo es amanecer rodeado de monumentos centenarios, dormir entre murallas es un planazo. De noche, la Ciudadela iluminada tiene un ambiente mágico y fotogénico. Nuestra recomendación es la acogedora Casa das Flores, ideal para vivir esa experiencia medieval con todas las comodidades modernas.
- Parte baja / centro moderno. Perfecta si viajas de paso, buscas facilidad de aparcamiento o quieres tener más servicios a mano. Aquí todo está más cerca: restaurantes, cafeterías y salida rápida hacia carretera. Nos gustó especialmente el Secret Garden Suites in Bragança, un alojamiento moderno y con encanto que combina comodidad con buena ubicación.
💡 Consejo PlanD: si tu idea es hacer un “Braganza en un día”, lo más práctico es dormir en la parte baja para optimizar entradas y salidas en coche. En cambio, si vas con calma y quieres saborear la ciudad de noche, elige la zona de la Ciudadela: la experiencia merece la pena.
🍽️ Dónde comer en Braganza y qué platos típicos probar
La cocina trasmontana es de esas contundentes y tradicionales: abundante, sabrosa y con ese toque casero que sabe a casa. En Braganza comer bien no es complicado, pero si quieres ir sobre seguro, aquí va nuestra experiencia:
Restaurante Sport (nuestra gran recomendación)
Fue aquí donde hicimos nuestra parada gastronómica y lo recordamos como uno de los mejores momentos del viaje. Nos lo aconsejó el guía del free tour y acertó de pleno. Pedimos un bacalao a la brasa que estaba exquisito, acompañado de una ensalada fresca para equilibrar y el queso típico de la región. De postre, no pudimos resistirnos a pedir varios para probarlos todos y compartir: caseros, variados y con ese sabor auténtico de sobremesa portuguesa. El menú es abundante, el precio muy ajustado y el servicio rápido, lo que lo convierte en una opción perfecta si no quieres perder demasiado tiempo de visita. Sin duda, cuando volvamos a Braganza repetiremos aquí.

Qué comer en Braganza y en Trás-os-Montes
Esta región es un paraíso para los amantes de la buena mesa. Aquí los productos locales son protagonistas:
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- Embutidos trasmontanos: el más famoso es el butelo, un embutido ahumado relleno de carne y huesos de cerdo, que se sirve con alubias secas (casulas). Es un plato contundente y muy representativo.
- Posta à Mirandesa: un filete grueso de ternera de la raza mirandesa, jugoso y sabroso, cocinado a la brasa y servido con patatas. Ideal para los carnívoros.
- Alheira de Mirandela: un embutido diferente, hecho con pan, ajo y varias carnes, que tradicionalmente consumían los judíos conversos. Hoy se sirve frito, acompañado de huevo y patatas fritas. Favorito de Aarón.
- Platos de cuchara: en invierno nada mejor que un buen caldo verde, sopas de verduras y, cómo no, la sopa de castanha, que refleja la importancia de este fruto en la zona.
- Productos de la tierra: el aceite de Tras-os-Montes, el vino de la región y la miel local están muy presentes en la gastronomía. Muchos restaurantes los incorporan en sus recetas, y también los encontrarás en tiendas tradicionales.
- Dulces tradicionales: además del folar de carne (un pan relleno de embutidos típico de Pascua), destacan los pasteles conventuales, con base de huevo y azúcar, que son una auténtica delicia.
👀 Qué ver cerca de Braganza
Si ya te has dejado atrapar por el encanto de Braganza, espera a ver lo que te rodea. El norte de Portugal es una caja de sorpresas, con pequeños pueblos, paisajes naturales súper chulos y tradiciones muy arraigadas. Aquí van algunos lugares cercanos que puedes combinar en tu viaje para sacarle aún más jugo a la región:
Miranda do Douro

Asomada a un acantilado sobre el río Duero, Miranda do Douro es uno de esos lugares que enamoran. Su casco histórico es una delicia para perderse entre calles empedradas, y la catedral de Miranda es parada obligatoria. Pero lo mejor está en sus vistas: desde lo alto, el Duero se abre paso entre acantilados que puedes recorrer también en un paseo en barco. Como guinda, aquí se habla mirandés, una lengua oficial en Portugal que le da un toque todavía más especial.
Rio de Onor y el Parque Natural de Montesinho
Si lo tuyo es la naturaleza y la vida rural, este plan te va a encantar. Rio de Onor es una aldea que comparte territorio entre Portugal y España, donde todavía se mantiene un sistema comunitario de vida y trabajo. Muy cerca, el Parque Natural de Montesinho ofrece montañas, bosques y pueblos de piedra casi aislados. Senderismo, fauna salvaje (dicen que incluso el lobo ibérico se pasea por aquí) y la calma absoluta de la montaña trasmontana.
Podence y los Caretos

A menos de una hora de Braganza, Podence es sinónimo de color, máscaras y tradición. Sus Caretos han sido reconocidos como Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO, y aunque la fiesta grande es en Carnaval, durante todo el año encontrarás murales, esculturas y guiños a esta tradición en el pueblo. Pasear por sus calles es como entrar en un museo al aire libre lleno de cultura popular trasmontana.
Braganza es solo el punto de partida de tu viaje por el norte de Portugal. Si este destino te ha conquistado, te invitamos a seguir explorando con nuestros Plan (D) viaje: descubre la tradición más auténtica en Podence, el pueblo de los Caretos, recorre las calles de la capital en Lisboa o déjate sorprender por el encanto histórico del Alentejo en Évora en un día. ¿Listo para tu próximo Plan (D)? 🌍✨