Si estás buscando qué ver en la provincia de Burgos más allá de su famosa catedral, prepárate porque te va a sorprender y mucho. En solo cuatro días recorrimos valles, desfiladeros, pueblos medievales, monasterios abandonados y rutas que nos mostraron lo mejor de Burgos. Desde el norte de Las Merindades hasta el sur más monumental, pasando por la vibrante capital burgalesa, esta ruta por la provincia de Burgos fue una sorpresa tras otra. En este post te compartimos nuestro itinerario por Burgos en 4 días, con paradas imprescindibles, consejos, naturaleza y, por supuesto, rincones que nos enamoraron. Así que si estás pensando en un viaje diferente, sin masificaciones y con mucho que ofrecer… pásate al Plan D: Burgos te espera.

Qué ver en la provincia de Burgos en 4 días

Claustro del Monasterio de Santo Domingo de Silos.

✈️ ¿Por qué visitar Burgos?

Visitar Burgos siempre es una opción ganadora. Es una provincia en la que podrás encontrar casi de todo… menos mar. Por eso te compartimos 4 razones por las que deberías visitar Burgos en 4 días:

 

  •  Sus pueblos: Frías, Covarrubias o Medina de Pomar, la provincia de Burgos está llena de pequeños pueblos que son encantadores. Cada uno tiene algo único: arte por las calles, castillo, cascadas, tradiciones, y un largo etcétera que seguiríamos contándote hasta mañana.

 

  • Sus paisajes: Montañas, cascadas, desfiladeros, cuevas… Es una locura cómo a pocos metros de distancia el paisaje cambia radicalmente. Ojo Guareña, el Cañón del Ebro, La Yecla o los campos que rodean Lerma y Santo Domingo de Silos nos enseñaron una provincia verde, repleta de naturaleza y vida.

 

  • La ciudad de Burgos y su catedral: Y Burgos ciudad… ¡Obviamente no se queda atrás! Burgos nos enamoró con su casco histórico y, por supuesto, una de las catedrales góticas más espectaculares de toda Europa.

 

  • Poca masificación turística: A diferencia de otros destinos más famosos, en Burgos pudimos disfrutar de cada lugar con tranquilidad, sin aglomeraciones. Incluso en sitios tan icónicos como la Catedral de Burgos o los pueblos más famosos, el ambiente era más relajado relajado que en otros destinos de España.

 

Por todo esto (y muchísimo más que irás descubriendo en nuestro artículo), creemos que Burgos es un destino que debería estar en el radar de cualquier viajero que busque paisajes, naturaleza y pueblos medievales únicos.

📅 ¿Cómo organizamos nuestro viaje por Burgos en 4 días?

Una buena planificación es clave para todo… Y más a la hora de viajar. Cuando nos pusimos a planificar nuestra ruta por Burgos, queríamos optimizar el tiempo al máximo, pero también viajar de forma cómoda y sin prisas innecesarias. Para ello, decidimos estructurar el itinerario empezando desde el norte de la provincia e ir bajando poco a poco hacia el sur, de manera que el último día estuviéramos más cerca de casa (Madrid) y el regreso no se nos hiciera pesado.

 

Ermita de la Hoz, Tobera Burgos.
Ermita de la Hoz, Tobera, Burgos.

 

Además, para aprovechar mejor el tiempo y no tener que volver cada noche al mismo punto, elegimos tres alojamientos diferentes a lo largo del recorrido. Así, cada día amanecíamos ya cerca de las zonas que queríamos visitar y podíamos dedicar más tiempo a conocer Burgos y menos a estar en la carretera. Esta forma de organizar el viaje nos pareció perfecta para:

  • Reducir tiempos de desplazamiento
  • Descansar mejor después de cada día intenso
  • Vivir una experiencia mucho más completa, disfrutando tanto de la naturaleza como del patrimonio y la gastronomía.

📷 Ruta por Burgos en 4 días

📍 Día 1: Las Merindades pueblos rurales y naturaleza

Arrancamos nuestra ruta por la provincia de Burgos con muchas ganas y el coche lleno de ilusión. Salimos bien temprano desde Madrid rumbo al norte burgalés, directos a una de las zonas más espectaculares: Las Merindades, tierra de valles, cuevas, pueblos de montaña y paisajes verdes. La primera parada fue Medina de Pomar, uno de esos pueblos bonitos de Burgos que te recibe con aires medievales… y ¡murales urbanos! Nada más cruzar la Puerta de la Cadena, nos dejamos llevar por las pinturas callejeras hasta llegar a su coqueta Plaza Mayor.

 

Mural de Medina de Pomar, Burgos.
Mural de Medina de Pomar, Burgos.

 

Visitamos el Alcázar de los Condestables, una fortaleza del siglo XIV que hoy acoge el interesante Museo de las Merindades. Dentro nos sorprendieron objetos históricos y maquetas, una antigua cocina y una sala de muñecos cabezones tipo Funko. ¡Sí, en serio! Algo que nunca esperamos encontrar allí. Pero lo mejor fue subir a sus torres y ver esas vistas infinitas del pueblo y los campos.

 

Alcázar de los Velasco, Medina de Pomar.
Alcázar de los Velasco, Medina de Pomar.

 

Después de visitar su casco histórico, iglesias, plazas y el Monasterio de Santa Clara, pusimos rumbo a Espinosa de los Monteros, otro pueblo precioso rodeado de montañas. La visita fue rápida, pero sus casonas de piedra y ese ambiente tranquilo de alta montaña nos encantaron. Si vas justo de tiempo, puedes saltártelo, pero si te lo puedes permitir, merece la pena.

 

Plaza de Espinosa de los Monteros, Burgos.
Plaza de Espinosa de los Monteros.

 

Y entonces llegó uno de los platos fuertes del día: el Monumento Natural de Ojo Guareña. Apuntarse a la visita guiada a la Cueva de San Bernabé fue todo un acierto. Nos adentramos en una cueva-ermita excavada en la roca, decorada con pinturas que cuentan pasajes religiosos, y recorrimos túneles: restos prehistóricos, silos de grano y hasta un archivo municipal subterráneo. Sin duda, una de las experiencias más chulas de este viaje por Burgos.

 

Cueva Ermita de San Bernabé interior.
Cueva Ermita de San Bernabé, Ojo Guareña.

 

El día seguía fuerte con una parada en la Cascada de la Mea. Aunque el caudal era bajo, el entorno natural era puro relax y nos regaló pequeño paseo. Para rematar el día, nos enamoramos de uno de los rincones con más encanto de Burgos: Puentedey, un pueblo construido literalmente sobre un arco de piedra natural. Pasear por sus callejuelas, visitar el molino, el museo de bolos y el mirador fue una auténtica gozada. Este lugar es un imprescindible en cualquier itinerario por Burgos.

 

Aarón y Álvaro en Puentedey, Burgos.
Aarón y Álvaro en Puentedey, Burgos.

 

Y como broche final, llegamos a las ruinas del Monasterio de Santa María de Río Seco. Acceso gratuito, un entorno verde y mágico, y esa mezcla de abandono y belleza que lo convierte en el escenario perfecto para cerrar el día con algunas de las fotos más bonitas del viaje.

 

Monasterio de Santa María de Rioseco, Burgos.
Monasterio de Santa María de Rioseco.

🗺️

¿Una ruta con naturaleza, historia y sorpresas?

Descubre la magia de Espinosa de los Monteros, déjate impresionar por el puente natural de Puentedey y adéntrate en la ermita excavada en la roca de San Bernabé. Este tour es perfecto si buscas desconexión, paisajes y rincones que no sabías que existían. ¡Reserva tu plaza y prepárate para alucinar!

📍 Día 2: Rutas, cascadas y pueblos únicos

Este segundo día de nuestro viaje por Burgos fue de esos que lo tienen todo, y para no perder la tradición viajera, también tuvimos un pequeño accidente. Justo al bajarnos del coche en Orbaneja del Castillo, la madre de Aarón se torció el tobillo. Por suerte no fue grave, y decidimos seguir el ritmo con más calma. ¡Y menos mal! Porque lo que venía era pura esencia burgalesa.

 

Cascada de Orbaneja del Castillo, Burgos.
Cascada de Orbaneja del Castillo, Burgos.

 

Nuestra primera parada fue el propio Orbaneja del Castillo, que es sin duda uno de los pueblos más bonitos de Burgos y un imprescindible si te preguntas qué ver en Burgos en 4 días. ¿El motivo? Una cascada de más de 25 metros que nace en una cueva, baja entre las casas de piedra y desemboca en el río Ebro. Sí, como lo lees. Además de eso, pasear por sus callejuelas empedradas y subir hasta el mirador del Cañón del Ebro nos regaló unas vistas del pueblo flipantes. Es un lugar muy fotogénico y con mucho encanto, pero te recomendamos madrugar si vas en temporada alta, porque suele haber mucha gente.

 

Mirador del Cañón del Ebro, Orbaneja del Castillo.
Aarón en el mirador de Orbaneja del Castillo.

 

Desde allí nos fuimos hasta Covanera, para ver una joya natural menos conocida: el Pozo Azul. Se trata de un manantial de agua cristalina, tan profunda que aún no se ha encontrado su fondo. El color del agua es azul turquesa intenso y cambia según la luz del día. No está permitido bañarse, pero el lugar es perfecto para descansar un rato y conectar con la naturaleza. Una parada top si te gusta la espeleología, la geología o simplemente flipar con paisajes únicos.

 

Poza azul.
Poza azul.

 

Seguimos nuestra ruta por la provincia de Burgos hacia Poza de la Sal, pueblo natal del famoso naturalista Félix Rodríguez de la Fuente. Subimos al Castillo de los Rojas, donde las vistas del páramo y las salinas nos dejaron con la boca abierta. Eso sí, nos pilló una tormenta repentina y salimos corriendo empapados. Una vez escampó, recorrimos el centro histórico, el monumento a Félix, los lavaderos tradicionales y las salinas, que han estado activas desde la época romana. Un plan muy interesante si te gusta aprender sobre oficios antiguos y el vínculo entre la historia y el paisaje.

 

Castillo de Poza de la Sal, Burgos.
Castillo de Poza de la Sal.

 

La siguiente parada fue Oña, donde conocimos el Monasterio de San Salvador, fundado en el año 1011. Es uno de los conjuntos monásticos más importantes de Castilla, con un claustro gótico, frescos, panteones reales y una iglesia cargada de historia. Aunque no tuvimos tiempo de hacer la visita, solo con verlo por fuera ya impone. Merece la pena dedicarle al menos una hora.

 

Monasterio de San Salvador de Oña.
Monasterio de San Salvador de Oña.

 

Y entonces llegó el flechazo del día: Frías. Probablemente el pueblo más bonito que ver en la provincia de Burgos… ¡y nos atrevemos a decir que de toda España! Entramos cruzando su puente medieval fortificado (uno de los más espectaculares que hemos visto), paseamos por sus calles con casas colgadas, subimos al Castillo de los Velasco y a su mirador, y terminamos en la iglesia de San Vicente. Cada rincón del pueblo es precioso, y la panorámica desde lo alto es inolvidable. Frías no puede faltar en ningún itinerario por Burgos. Palabra.

 

Frías, Burgos.
Castillo y casas colgadas de Frías.

 

Para cerrar el día, fuimos hasta Tobera, un pequeño pueblo dividido por una cascada. Sí hoy era el día de las cascadas…  Allí hicimos una ruta sencilla junto al río Molinar, atravesando un puente de piedra, el sendero junto al río, una plataforma muy chula para hacer fotos y frondosa vegetación, con la Ermita de Santa María de la Hoz como punto final. Con un día tan intenso llegamos a nuestro alojamiento reventaditos…

 

Cascada principal de Tobera.
Cascada principal de Tobera.

🏰

Duerme en un palacio: Parador de Lerma

¿Te imaginas dormir donde antes lo hacía la nobleza? El Parador de Lerma ocupa un impresionante palacio del siglo XVII y te ofrece una experiencia única en uno de los pueblos más bonitos de Burgos. Historia, elegancia y un desayuno de los que se recuerdan. Reserva tu noche en este lugar con historia

📍 Día 3: Burgos capital

Para el tercer día de nuestro itinerario por Burgos en 4 días, decidimos cambiar naturaleza por ciudad, pero sin perder la emoción. Nos fuimos directos a descubrir Burgos capital, una de esas ciudades que te sorprenden a cada paso con su historia, sus monumentos y su ambientazo.

Tuvimos la suerte de que unos amigos de Vitoria se unieran al plan, y juntos comenzamos la jornada a las afueras, caminando hacia el centro con una parada en la Iglesia de San Lesmes Abad, patrón de la ciudad. Allí empezamos un free tour por el casco histórico, que fue todo un acierto. A veces creemos que ya lo sabemos todo sobre una ciudad, pero este recorrido nos descubrió anécdotas, curiosidades y detalles arquitectónicos que de otra forma habríamos pasado por alto. Una forma ideal de empezar a conocer Burgos con otros ojos.

 

Iglesia de San Lesmes Abad, Burgos capital.
Iglesia de San Lesmes Abad, Burgos capital.

 

Y claro, el plato fuerte no podía faltar: la Catedral de Burgos. Es uno de los templos góticos más impresionantes de España y, sin duda, uno de los lugares imprescindibles que ver en Burgos capital. Nada más entrar, la sensación es de alucinar: la gran altura altura, luz entrando por los vitrales de colores, retablos esculpidos al detalle… y el sonido del famoso Papamoscas, esa figura mecánica que se mueve cada vez que el reloj da la hora. No pudimos evitar esperar a que lo hiciera. Dentro también se encuentra la tumba del Cid Campeador y Doña Jimena, rodeada de historia y leyenda, y una serie de capillas y claustros. Si solo tienes unas horas en la ciudad, empieza aquí.

 

Catedral de Burgos.
Catedral de Burgos.

 

Tras un festín visual, tocaba un festín literal. Comimos de maravilla —¡Burgos se come!— y te recomendamos probar platos típicos como la morcilla de Burgos, el lechazo o unas buenas tapas en la zona de la calle Sombrerería o San Lorenzo. La oferta gastronómica es variada y de calidad.

 

Ya con el estómago feliz, nos acercamos al Monasterio de las Huelgas Reales, a las afueras del casco antiguo. Fue uno de los grandes descubrimientos del viaje: menos conocido que la catedral, pero con una historia alucinante. Fundado en 1187 por Alfonso VIII, este monasterio cisterciense albergó reinas, tumbas reales y hasta sirvió como lugar de coronaciones. Solo se puede visitar con guía, así que conviene que reserves tu plaza con antelación. El recorrido te lleva por claustros, salas palaciegas y hasta una armería medieval. Nos pareció un lugar lleno de simbolismo y belleza.

 

Monasterio de las Huelgas Reales de Burgos.
Monasterio de las Huelgas Reales.

 

Para terminar el día, dimos un último paseo por el centro, disfrutando de la Plaza Mayor, el Paseo del Espolón y el ambiente de sus terrazas. Burgos es una ciudad con muy buen ambiente, con una energía joven y acogedora. Tiene ese punto justo entre ciudad viva y patrimonio monumental. Se nos quedó el Museo de la Evolución Humana en el tintero, pero ya hay excusa para volver.

 

Plaza Mayor de Burgos.
Plaza Mayor de Burgos.

 

Si estás planeando qué hacer en Burgos en 4 días, te recomendamos dedicar al menos un día entero a su capital. Aquí se entiende mucho mejor la historia de toda la provincia… y también se disfruta el presente.

Descubre los secretos del Monasterio de las Huelgas

Una joya gótica con historia. Recorre el Monasterio de las Huelgas de la mano de un guía experto y déjate sorprender por sus tesoros, leyendas y rincones llenos de arte. Una visita imprescindible en tu paso por Burgos. Haz tu reserva aquí y viaja al pasado

📍 Día 4: Sur de burgos

Nuestro último día de esta ruta por Burgos en 4 días nos llevó al sur de la provincia, una zona menos conocida pero sorprendente. Aquí descubrimos pueblos de los que nos enamoramos, ruinas, desfiladeros con una pasarela súper chula y paisajes donde destacan la armonía entre la naturaleza y la arquitectura.

 

Empezamos  nuestro último día en Lerma, una villa ducal con un casco histórico que cautiva desde el primer paso. Recorriendo la Plaza Mayor y sus calles porticadas, nos encontramos con palacetes, conventos y rincones llenos de esencia castellana. El Palacio Ducal, convertido hoy en Parador, domina la plaza con elegancia. Entramos en una panadería tradicional donde compramos pan de pueblo recién hecho, todavía caliente. Spoiler: nos lo acabamos casi entero antes de llegar al siguiente destino. Qué ver en Burgos provincia también es esto: darse pequeños placeres con sabor auténtico.

 

Calles de Lerma, Burgos.
Calles de Lerma.

 

De allí pusimos rumbo al Monasterio de San Pedro de Arlanza, uno de los enclaves históricos más enigmáticos que visitamos. Las ruinas románicas, el silencio del entorno, los arcos que sobreviven al paso del tiempo… todo tenía un aura mística. El acceso es gratuito y el lugar está rodeado de vegetación, lo que lo convierte en un plan ideal si buscas rincones con encanto en Burgos donde el turismo no lo ha devorado todo.

 

Monasterio de San Pedro de Arlanza, Burgos.
Monasterio de San Pedro de Arlanza.

 

La siguiente parada fue Covarrubias, un pueblo que nos encantó, el mejor del sur de Burgos. Sus casas entramadas, la plaza, la colegiata… todo está tan cuidado y en armonía… Nada más llegar, nos encontramos con una procesión de Semana Santa en la que el pueblo entero participaba. Fue un momento curioso, con música, emoción y mucha tradición. Para rematar, nos comimos una torrija en una pastelería local que se ganó el título de “mejor postre del viaje”. Sí, así de buena estaba.

 

Plaza Mayor de Covarrubias, Burgos.
Plaza Mayor de Covarrubias.

 

Seguimos hacia Santo Domingo de Silos, donde visitamos su monasterio, famoso por su claustro románico y los cantos gregorianos que, si tienes suerte, puedes escuchar en directo. El sonido de las voces resonando entre las columnas es hipnótico. Es un lugar que respira espiritualidad y arte a partes iguales. Además, el propio pueblo tiene ese aire monacal, sobrio pero elegante, que invita al paseo tranquilo.

 

Santo Domingo de Silos, Burgos.
Santo Domingo de Silos

 

Pero si hablamos de paisajes que molan, el Desfiladero de La Yecla se lleva la palma. Se trata de una ruta muy corta pero espectacular, en la que caminas sobre pasarelas metálicas suspendidas entre paredes verticales. El cañón es tan estrecho que, en algunos tramos, puedes tocar ambos lados con los brazos abiertos. El agua bajaba con fuerza, y aunque había humedad, lo hicimos sin problema. Es una experiencia visual y sensorial que no te puedes perder si amas la naturaleza en Burgos. También es gratis, no tienes excusa…

 

Desfiladero de la Yecla, Santo Domingo de Silos, Burgos.
Álvaro en las pasarelas del Desfiladero de la Yecla.

 

Para terminar, llegamos a Caleruega, cuna de Santo Domingo de Guzmán. El pueblo está lleno de referencias religiosas, conventos, esculturas e iglesias. Algunos del grupo quedaron fascinados con su tranquilidad y arquitectura; otros, sin embargo, no conectaron tanto. Aun así, dimos un paseo por el casco antiguo y aprovechamos para cerrar el día con calma. Creamos debate, ¿merece el título de ser uno de los pueblos más bonitos de España? Para Álvaro sí, para Aarón no. ¿Y tú, qué opinas?

 

Iglesia de San Sebastián, Caleruega, Burgos.
Iglesia de San Sebastián, Caleruega.

 

Y así, después de cuatro días por la provincia de Burgos, volvimos a casa con el coche lleno de barro, miga de pan y anécdotas… pero sobre todo, con el móvil pidiendo un descanso de tanta fotito. Porque Burgos no solo se visita, se vive, se saborea y se recuerda.

🚗

Encuentra tu coche de alquiler al mejor precio

¿Planeando un roadtrip como el nuestro? No te preocupes por el transporte y reserva tu coche de alquiler con antelación. ¡Es fácil, rápido y ahorrarás en grande! 🚘✨

🛏️ Dónde dormir en Burgos

En nuestro viaje por la provincia de Burgos, dormimos en tres alojamientos diferentes, literalmente. Un hostal, un hotel u un apartamento, ni hecho aposta. Los repartidos de forma estratégica para poder recorrer tanto el norte, como el centro y el sur de la provincia de Burgos lo más fácil posible.

 

Hostal Merindades (Villarcayo)

Este fue nuestro primer alojamiento, ubicado en plena comarca de Las Merindades, ideal para explorar Medina de Pomar, Espinosa de los Monteros, Puentedey o el Monumento Natural de Ojo Guareña. El hostal Merindades es muy básico, con habitaciones sencillas pero suficientes si solo buscas un sitio donde dormir y madrugar para seguir la ruta. Nos alojamos en tres habitaciones y el desayuno fue bastante limitado, pero cumplió su función. No esperes lujos, pero te saca del apuro. La dueña que nos atendió fue súper simpática. Consulta sus habitaciones disponibles aquí.

 

Hotel Rey Arturo (Villagonzalo Pedernales)

Este hotel fue un salto de calidad respecto al anterior. Las habitaciones eran amplias, cómodas y bien equipadas, con aparcamiento gratuito, restaurante en el propio hotel y desayunos contundentes y muy ricos. Está ubicado a las afueras de Burgos capital, por lo que es perfecto si planeas pasar el día en la ciudad y prefieres dormir en un lugar tranquilo con fácil acceso en coche. Muy buena relación calidad-precio, especialmente si viajas en familia o con grupo. El Hotel Rey Arturo nos gustó.

 

Apartamento El Enebro (Lerma)

Y aquí viene el plato fuerte, El Enebro. Este fue sin duda el mejor alojamiento de todo el viaje. Habitaciones amplias, cómodas y limpias, ubicación perfecta para visitar Lerma y el sur de la provincia, y lo mejor de todo: los caseros fueron encantadores. Nos sentimos como en casa desde el minuto uno. Si estás buscando dónde dormir en Burgos y quieres algo bonito, cómodo y con encanto, este apartamento es ultrarrecomendado.

👍 Lo que más y menos nos ha gustado de Burgos

Después de recorrer la provincia de Burgos en 4 días, volvimos a casa súper contento con el viajecito. Pero como todo en la vida… también hubo cosillas que nos gustaron más… y otras no tanto. Aquí va nuestro resumen:

 

✅ Lo que más nos ha gustado

  • La diversidad de paisajes: En pocos kilómetros puedes pasar de valles a desfiladero, de pueblos de piedra a cuevas subterráneas. Esta variedad hace que la ruta por Burgos sea muy dinámica, divertida y sorprendente. Cada día fue una aventura totalmente distinta.

 

  • Los pueblos de Burgos: Frías, Covarrubias, Puentedey, Lerma… Cada uno tiene su propio encanto, su historia y su ritmo. Caminar por sus calles fue un acierto. Si tenemos que quedarnos con uno solo, lo tenemos claro: Frías es nuestro favorito absoluto. Te atrapa.

 

  • La tranquilidad: Incluso en sitios tan populares como la Catedral de Burgos u Orbaneja del Castillo, nunca sentimos agobio ni tuvimos que esperar colas eternas. Visitamos todo a nuestro ritmo, hicimos fotos sin gente alrededor y disfrutamos del silencio en rincones donde se agradece.

 

  • El patrimonio histórico y natural: La Catedral, el Monasterio de las Huelgas, la Cueva de San Bernabé, el Desfiladero de La Yecla, el Pozo Azul… y no nos olvidamos del Monasterio de Santa María de Río Seco, que fue una de las joyas ocultas del viaje. Cada lugar tiene algo que lo hace especial. Burgos es una provincia muy afortunada.

 

  • La gastronomía local
    Si te gusta comer bien, Burgos no decepciona. El pan de pueblo recién hecho, las torrijas en Covarrubias, las comidas caseras en los bares de toda la vida, los vinos de la Ribera y, por supuesto, la mítica morcilla de Burgos. Comer aquí es un placer.

 

❌ Lo que menos nos ha gustado

  • El clima cambiante: Nos llovió más de una vez: en Poza de la Sal acabamos empapados bajando del castillo, y en Puentedey tuvimos que sacar el paraguas a mitad de la ruta. Aunque no nos fastidió los planes, sí nos hizo ir con el tiempo más justo en algunos momentos.

 

  • Algunas carreteras secundarias: Sobre todo en zonas más rurales, hay tramos con baches, curvas cerradas o señalización justita. Nada grave, pero conviene ir con un coche cómodo, conducir con calma… y guardar el GPS como si fuera oro.

 

  • La oferta hotelera en ciertas zonas: En pueblos más pequeños, la variedad de alojamientos es bastante limitada. Aunque al final dormimos bien en todos los sitios, el primer hostal fue muy básico y costó encontrar algo más especial fuera de ciudades grandes o de sitios muy turísticos. Reservar con antelación ayuda mucho si buscas algo con encanto.

⭐ Recomendaciones para visitar Burgos

Después de recorrer de norte a sur la provincia de Burgos en 4 días, tenemos claro que esta tierra no se visita, se saborea. Y como buenos viajeros, te dejamos algunos consejos que te ayudarán a disfrutar al máximo de tu ruta por Burgos. Tanto si haces un itinerario completo como el nuestro, como si solo te escapas un finde… apunta:

 

1. Planifica con antelación, pero deja hueco a la sorpresa

Tener un itinerario base nos ayudó a organizarnos, pero también dejamos espacio para lo imprevisto: un mirador que no conocíamos, una fiesta de un pueblo, un restaurante que nos recomendaron… Burgos está lleno de rincones chulos que no siempre aparecen en las guías, así que guarda margen para improvisar. A veces, lo mejor del viaje surge sin esperarlo.

 

2. Moverte de alojamiento optimiza el viaje

Dormir cada noche en una zona distinta nos permitió ahorrar tiempo de coche y aprovechar mejor cada día. En una provincia tan extensa y variada, lo ideal es dormir una noche en Las Merindades, otra cerca de Burgos capital y la última por la zona sur (como Lerma). Eso sí: si prefieres alojarte en un solo sitio, elige uno céntrico con buen acceso a carretera.

 

3. Reserva con antelación las visitas guiadas

Algunos lugares como el Monasterio de las Huelgas Reales o la Cueva de San Bernabé (Ojo Guareña) solo se pueden visitar con guía, y el aforo es limitado. Si quieres asegurarte la plaza, reserva con unos días de antelación, sobre todo si vas en festivos o temporada alta.

 

4. Calzado cómodo y ropa por capas, sí o sí

Burgos combina ciudades con callejuelas, senderos en plena naturaleza, cuevas y desfiladeros. Vas a caminar bastante, así que lleva calzado cómodo y ropa adaptada. El clima, especialmente en montaña o en primavera y otoño, cambia rápido: vestirse por capas es la clave para no pasar frío ni calor.

 

5. Revisa los horarios antes de llegar

Muchos pueblos pequeños tienen horarios muy reducidos: monumentos que solo abren por la mañana, restaurantes que cierran a las 15:30, tiendas que no abren todos los días…
Consulta en Google o pregunta en las oficinas de turismo. Evitarás sorpresas y aprovecharás mejor tu tiempo.

 

6. Deja hueco para la gastronomía

¡No solo de morcilla vive Burgos! 😋 Cada zona tiene sus productos estrella: en Covarrubias y Lerma, por ejemplo, encontrarás pan artesano, repostería casera, quesos locales y embutidos que te harán salivar. Nosotros aún soñamos con la torrija de una pastelería en Covarrubias… Explora, pregunta a los vecinos y deja que tu paladar también viaje.

 

7. Si puedes, viaja fuera de temporada alta

Nosotros fuimos en Semana Santa y te puedes imaginar… Colas, masificaciones, los alojamientos más baratos llenos y la calma en los pueblos un tanto alterada. Burgos es un destino ideal para primavera y otoño, y en verano —si evitas agosto— también se disfruta muchísimo.

Burgos nos ha regalado cuatro días de historia, naturaleza, pueblos encantadores y paisajes que cambian a cada kilómetro. Si buscas una escapada completa, sin masificaciones y con mucho que contar a la vuelta, esta provincia te va a sorprender. Nosotros volvimos con el corazón lleno y ya estamos pensando en volver. Así que ya sabes: pásate al Plan D, descubre mundo… y empieza por Burgos. Y si te quedas con ganas de más, echa un vistazo a nuestros posts sobre Frías, Calatañazor o el Burgo de Osma: Castilla está llena de joyas esperando a que las descubras.

Organiza tu viaje a Burgos

Alojamientos en Burgos

Tours y Actividades

Seguro de Viajes 5% de descuento

Ofertas en Vuelos

Internet ilimitado

Alquiler de Coches

Comentarios:

2 comentarios en “Qué ver en la provincia de Burgos en 4 días: Frías, Orbaneja, Covarrubias y otros tesoros burgaleses


  1. Emilio
    31 de julio de 2025

    Me parece un artículo super interesante y bien explicado, unas muy buenas recomendaciones

    1. PdV
      31 de julio de 2025

      Muchas gracias! 🙂

Déjanos un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

La empresa trata tus datos para facilitar la publicación y gestión de comentarios. Puedes ejercer tus derechos de acceso, rectificación, supresión y oposición, entre otros, según nuestra Política de privacidad.