Qué ver en Podence: guía para viajar al pueblo de los Caretos

Si estás buscando qué ver en Podence, has llegado al lugar indicado. Este pequeño pueblo del norte de Portugal, en plena región de Trás-os-Montes, junta tradición, color y cultura como pocos. Murales callejeros, mascaradas que son Patrimonio de la Humanidad y su cultura tan marcada hacen de Podence un destino perfecto para una escapada perfecta. Y si todavía no lo tienes claro, te lo dejamos fácil: este viaje no es un plan B… ¡es tu Plan D de descubrimiento, diversión y destino diferente!

Podence es uno de esos pueblos que no te esperas y terminan haciendo que tu viaje sea totalmente diferente. Pequeño, colorido y auténtico, este rincón del norte de Portugal, en la región de Trás-os-Montes, ha sabido mantener vivas sus tradiciones sin perder su esencia rural, ni masificarse.

La primera vez que oímos hablar de Podence fue en el stand de Trás-os-Montes en FITUR. Allí nos encontramos con los famosos Caretos de Podence, con sus trajes llenos de flecos de colores, máscaras rojas y bailes tan llamativos como divertidos. Nos flipó tanto la tradición que lo apuntamos en nuestra lista de viajes pendientes y aquí estamos, redactando el artículo…

Meses después, en una ruta familiar por el norte de Portugal y sur de Galicia, lo visitamos sin crearnos demasiadas expectativas… y salimos encantados. En cada esquina hay murales, caretos gigantes en las fachadas y detalles que cuentan su historia, y la energía de los Caretos, que sigue presente aunque no sea Carnaval.

Podence es un pueblo que pertenece al municipio de Macedo de Cavaleiros, en el distrito de Bragança, al noreste de Portugal, muy cerquita de la frontera con España. Vamos, que lo tienes a tiro de piedra si vienes desde Zamora o Braganza. Y aunque no aparece en “lo imprescindible de Portugal”, cada vez está ganando más fama gracias a sus Caretos de Podence, reconocidos por la UNESCO, y a ese arte urbano que le da un aire moderno y diferente.

¿Lo mejor de Podence Portugal? Que consigue mezclar tradición y frescura como pocos sitios. Por un lado, mantiene vivas sus raíces con un carnaval ancestral que lo hace único y diferente. Y por otro, ha llenado sus calles de murales y esculturas que convierten el paseo en una experiencia cultural al aire libre. Sin masificaciones y en un ambiente de relax total.

La forma más cómoda de llegar a Podence es en coche. Aquí no hay tren ni bus directo que te salve, así que lo mejor es tener tu propio vehículo o alquilar uno. Eso te da libertad total para moverte por la zona y aprovechar el viaje al máximo.

Para que te sitúes, estos son los tiempos aproximados:

• 🚗 Desde Bragança: unos 40 minutos por la N102.
• 🚗 Desde Oporto: alrededor de 2 horas y media por la A4.
• 🚗 Desde Zamora (España): 1 hora y 45 minutos, cruzando la frontera por Miranda do Douro (parada muy recomendada).

Lo bueno de ir en coche es que puedes juntar varias visitas fácilmente. Por ejemplo, en nuestro caso lo combinamos con Bragança (que está al ladito y merece la pena) y después seguimos la ruta hacia Ourense, ya en Galicia. Una manera perfecta de descubrir Podence dentro de un viaje más grande por el norte de Portugal y la frontera española.

Como veníamos hablando, si hay algo que pone de verdad a Podence en el mapa son sus archiconocidos Caretos de Podence. Estas figuras enmascaradas forman parte del Carnaval de Invierno, el famoso Entrudo Chocalheiro, y son probablemente una de las tradiciones más reconocidas y llamativas de todo el norte de Portugal.

Con sus trajes de lana multicolor llenos de flecos moviéndose al ritmo de cada salto, máscaras metálicas pintadas de rojo que imponen respeto y cinturones cargados de cencerros que no paran de sonar mientras los caretos corren, brincan y llenan de ruido las calles del pueblo. Su papel es simple pero genial: traer el caos festivo, asustar un poco (en broma) y “molestar” de manera simbólica a las chicas, creando un ambiente pagano brutal.

El origen de los caretos es precristiano, vinculado a antiguos ritos de fertilidad y a la transición del invierno hacia la primavera. Vamos, que no estamos hablando de un carnaval cualquiera: es auténtico, una de las tradiciones más antiguas de la Península Ibérica. Por eso, en 2019 la UNESCO lo declaró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, un reconocimiento que asegura que este folclore único no se pierda y se siga trasmitiendo entre generaciones.

La fiesta tiene varios momentos clave. El más famoso es el Domingo Gordo, donde se celebran falsos matrimonios llenos de sátira y humor popular. El gran día llega en el Martes de Carnaval, con el gran desfile por las calles y la Queima do Entrudo, la quema simbólica de un muñeco de paja que marca el fin de la fiesta y el regreso al orden después de tanto caos.

Lo más bonito es que esta tradición no se queda solo en los adultos. Los más pequeños, conocidos como facanitos, se visten igual que sus mayores y recorren el pueblo con la misma energía. Son ellos quienes garantizan que los Caretos nunca se apaguen y que Podence siga creciendo cada invierno.

Y ojo, que el Entrudo Chocalheiro no es la única fiesta: forma parte de un entramado cultural riquísimo en todo el Nordeste Transmontano. Ahí entran también los Pauliteiros de Miranda, con sus danzas guerreras al ritmo de gaitas y tambores, y otras celebraciones como la Festa dos Rapaces. Todo un mix de tradiciones que convierten a esta región en un auténtico tesoro cultural.

Si hay algo que sorprende nada más llegar a Podence (además de sus caretos), es la gran cantidad de murales que decoran el pueblo. Y no hablamos de dos o tres paredes pintadas: aquí cada rinconcito, cada fachada y hasta algunos callejones escondidos tienen su propio homenaje a la tradición local. Es como visitar un museo al aire libre.

Lo mejor es que todo está conectado a través de la Ruta de los Murales de Podence, un recorrido señalizado que te guía por el corazón del pueblo y te invita a descubrir cada obra, ya   tampoco es que tenga mucha pérdida, ya que el pueblo es muy pequeñito…  Pasear por esta ruta es una forma ideal de conocer Podence, porque además de las pinturas vas atravesando sus callejuelas, y alguna pequeña plaza.

Los murales reflejan historias: escenas del Entrudo Chocalheiro, retratos de los caretos en plena acción, referencias a la vida rural y a la artesanía de la región. Algunos son gigantescos, cubriendo fachadas enteras; otros son más discretos, pero igual de coloridos. Incluso puedes encontrar arte callejero con máscaras, espejos y caretos gigantes que parecen salirse de la pared para acompañarte en el camino. ¿Adivinas quién se hizo mil fotos?

Justo a la entrada del casco urbano, y ya viéndose desde la carretera, te espera otra sorpresa: el Baloiço do Careto.  Un columpio gigante de madera colocado estratégicamente frente a la Albufeira do Azibo. Desde ahí se tienen unas de las mejores panorámicas de la zona, con el agua, las montañas y el cielo creando una foto perfecta para tu feed de instagram.

Pero ojo, que no está solo: junto a él encontrarás un muñeco de careto gigante, una colección de máscaras acompañadas del cartel de UNESCO, un muñeco que recuerda a los que se queman durante las fiestas y hasta una máscara enorme con un corazón en el centro, perfecta para hacerse fotos románticas en pareja.

Si los murales y el columpio son la parte más fotogénica del pueblo, el Museo do Careto es el lugar donde de verdad entiendes qué hay detrás de esta tradición. Aquí se exponen los trajes originales, las máscaras metálicas y los cencerros que llevan los caretos. Pero también podrás conocer todo el contexto cultural y antropológico que los rodea.

El museo es pequeño pero muy completo: maquetas, vídeos, fotografías y objetos que cuentan cómo ha evolucionado el Entrudo Chocalheiro desde sus raíces precristianas hasta convertirse en Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Lo más curioso es que no se limita a mirar al pasado: también muestra cómo los facanitos —los niños que heredan la tradición— mantienen viva la fiesta hoy en día.

Hora de relajarse y olvídate del estrés. A solo 10 minutos en coche, te espera la Albufeira do Azibo, un embalse natural que es un lugar perfecto para desconectar. De verdad, es un planazo, sobre todo en verano. Puedes elegir entre sus dos playas fluviales con Bandera Azul, la Praia da Ribeira o la Praia da Fraga da Pegada, y pasar la tarde tumbado en la arena, bañándote en sus aguas cristalinas o simplemente disfrutando de la tranquilidad. Si eres más de acción, también hay rutas de senderismo y zonas para un picnic. ¿Se te ocurre un plan mejor para combinar con Podence?

Si eres de los que necesita calzarse las botas para conectar de verdad, este es tu sitio. La naturaleza de Trás-os-Montes te regala un montón de rutas de senderismo que te guiarán por paisajes de ensueño. Podrás seguir los caminos que bordean la Albufeira o, si te animas, subir a los miradores para flipar con las vistas. Te prometemos que el esfuerzo merece la pena: la recompensa son unas panorámicas de todo el valle. Es la otra de las formas más auténticas de conocer lo mejor de la región.

Si te preguntas dónde comer en Podence, estás a punto de descubrir la parte más deliciosa del viaje. La gastronomía de Trás-os-Montes es pura tradición y sabor, basada en ingredientes locales que te conquistarán. Para que no te pierdas nada, te contamos dos opciones que te garantizan una experiencia 10/10, tanto en el pueblo como en sus alrededores.

En Podence, nuestra recomendación es el restaurante «O Careto», un local que es de esos sitios que te entran por los ojos. Se encuentra justo al lado del Museo do Careto y, además de ser muy bonito, cuenta con muy buenas reseñas. De hecho, tuvimos la suerte de encontrarlo abierto, ya que era el único restaurante con servicio de mesa en la aldea durante nuestra visita.

Ahora bien, si tu plan de viaje te lleva a conocer la cercana Braganza, tienes una alternativa igual de buena. Nosotros optamos por el Restaurante Sport, un lugar perfecto por la simpatía de su personal y la calidad de su comida. Es un sitio de platos generosos, de esos que te dejan sin hambre, donde nos lanzamos a probar lo más típico de la región: un delicioso bacalao a la brasa, que es súper típico de la zona. Si estás cerca, es una alternativa ideal para probar la auténtica cocina tradicional portuguesa en un ambiente de lo más familiar.

Si ya tienes claro qué ver en Podence y sus alrededores, aquí te dejamos algunos consejos para que tu viaje sea de 10. Desde el mejor momento para ir hasta qué no puedes olvidar en la mochila.

• Cuándo ir: Para disfrutar de los murales y las calles sin prisas y con la mejor luz para tus fotos, te recomendamos visitarlo a primera hora de la mañana o a última de la tarde. Si lo que buscas es vivir la experiencia de los Caretos en todo su esplendor, tienes que ir en Carnaval (el famoso Entrudo Chocalheiro). Eso sí, si prefieres tranquilidad y un ambiente más relajado, cualquier otra época del año es perfecta.

• Qué llevar: Como en cualquier viaje, el calzado es clave. Aunque el pueblo es pequeño, las calles empedradas agradecerán unas zapatillas cómodas. No olvides la cámara de fotos, la necesitarás para inmortalizar cada mural. Y si vas en entretiempo o invierno, una chaqueta siempre es buena idea, el clima del norte de Portugal puede sorprenderte.

• ¿Con quién ir?: Podence es un destino súper versátil. Es ideal para una escapada romántica en pareja, un plan diferente con amigos o una aventura familiar. Se adapta a todos los viajeros que buscan algo más que el turismo masificado.

• No te lo pierdas: Aunque no vayas en Carnaval, hay un lugar que no puedes saltarte: el Museo do Careto. Es donde de verdad se entiende la historia detrás de las máscaras y los trajes que ves por todo el pueblo. Te aseguramos que, tras la visita, verás los Caretos de una forma completamente diferente.

Si ya te has enamorado de Podence, espera a descubrir otros lugares que se esconden a pocos kilómetros. Al estar tan cerca de la frontera con España y de ciudades importantes, tienes opciones de sobra para seguir descubriendo el norte de Portugal en una o varias escapadas de un día.

Braganza: la capital de Trás-os-Montes

A solo 40 minutos en coche de Podence, Braganza es una parada obligatoria en tu ruta por Trás-os-Montes. Su castillo medieval y la Ciudadela, con sus grandes murallas, son un planazo gratuito que no te puedes saltar. No te vayas sin pasear por la Domus Municipalis, un singular edificio románico, o sin visitar el Museo Ibérico de la Máscara y el Traje, que complementa a la perfección todo lo que has visto en Podence. Es una ciudad llena de vida que mezcla historia, cultura y un ambiente muy agradable.

Miranda do Douro

Conocida por su lengua oficial, el mirandés, y su espectacular ubicación, Miranda do Douro es un imprescindible. Situada en un acantilado sobre el río Duero, la ciudad es un balcón natural al Parque Natural do Douro. Un planazo es hacer un paseo en barco por el río para ver los acantilados de cerca y, con suerte, avistar fauna local. Su casco antiguo con calles empedradas y su imponente catedral son ideales para un paseo tranquilo.

Convento de Balsamão

Cerca de la localidad de Chacim, este convento barroco es un verdadero oasis de paz. Se encuentra en un entorno natural precioso, ideal para desconectar. Famoso por su historia, su belleza arquitectónica y sus jardines, es un lugar para un momento de introspección y tranquilidad que te permitirá conocer una parte más tranquila y espiritual de la región.

Castillo de Algoso

Si te flipan las fortalezas en ruinas, tienes que ir a Algoso. Este castillo medieval se encuentra en un promontorio rocoso y domina todo el paisaje en los alrededores. Aunque solo quedan sus ruinas, su fachada es espectacular. Pasear por sus muros y torres te hará sentir como si viajaras en el tiempo, y las vistas panorámicas desde lo alto son un regalo para la vista.

Parque Natural de Montesinho

Si buscas aventura, este parque te va a encantar. Situado al norte de Braganza, el Parque Natural de Montesinho es un espacio protegido enorme y lleno de vida. Aquí podrás perderte por una red de rutas de senderismo, descubrir aldeas tradicionales de piedra, y si tienes suerte, avistar fauna salvaje como ciervos o incluso el elusivo lobo ibérico. Es la escapada perfecta para sumergirte en el corazón más salvaje y auténtico de la región.

Y hasta aquí nuestra aventura por Podence, ese pequeño gran pueblo donde la tradición, los Caretos y el arte urbano te roban el corazón. Si te has quedado con ganas de seguir explorando Portugal más allá de sus pueblos, tenemos planes para todos los gustos. Para una escapada urbana llena de historia, fado y tranvías amarillos, échale un ojo a nuestra ruta por Lisboa. Si prefieres un plan más tranquilo y lleno de patrimonio de la UNESCO, no te pierdas Évora en un día. Y si lo tuyo es la aventura y los paisajes volcánicos que cortan la respiración, tenemos un planazo para ti: Madeira en 5 días. Sea cual sea tu próxima parada, ya sabes: si el plan no te convence… ¡pásate al Plan D! 😉